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La Inteligencia Emocional (EQ) como ingrediente de éxito de un GRAN líder.

Updated: Aug 30, 2022


Típicamente se mide la inteligencia de un individuo a partir de su IQ o coeficiente intelectual, el cual mide nuestra capacidad para resolver problemas de tipo lógico matemático y verbal. Estas pruebas de inteligencia se inventaron alrededor de la Primera Guerra Mundial por Lewis Terman, como herramienta para clasificar la inteligencia de soldados y reclutas.


Típicamente se mide la inteligencia de un individuo a partir de su IQ o coeficiente intelectual, el cual mide nuestra capacidad para resolver problemas de tipo lógico matemático y verbal. Estas pruebas de inteligencia se inventaron alrededor de la Primera Guerra Mundial por Lewis Terman, como herramienta para clasificar la inteligencia de soldados y reclutas.


Y así, el IQ (CI) siempre ha sido sinónimo de inteligencia. Sin embargo, estudios más recientes muestran que la capacidad cognitiva sólo aporta el 20% de lo necesario para el éxito en la vida. ¿De qué depende el otro 80%?

De acuerdo a Daniel Goleman, psicólogo reconocido y estudioso del tema, afirma que sin duda, a la inteligencia emocional (EQ).


La EQ implica nuestra capacidad para dar salida de manera correcta a nuestras emociones.


Nuestros sentimientos más intensos son reacciones involuntarias y no podemos predecir en qué momento ocurrirán, simplemente ocurren.

Incluso, las primarias, nadie nos las enseñó, son innatas al ser humano y ligadas a la supervivencia. Es el caso de la alegría, la tristeza, el enojo, el miedo la sorpresa y el asco.

Y éstas, a partir de nuestras vivencias, aprendizajes, estímulos, entorno, cultura, etc. pueden ir aumentando en intensidad y agudeza.


Pero la inteligencia emocional no implica hacer a un lado las emociones, sino en manejarlas adecuadamente, característica indubitable de un líder ejemplar.


Para lograrlo, o empezar a trabajar en ello, Goleman habla de las 5 dimensiones de la EQ.


1. El auto conocimiento.


¿Qué tan bien te conoces? ¿Cómo te llevas contigo mismo/a? ¿Qué te genera determinada emoción? Y, ésta, ¿es positiva o negativa?

¿Qué empiezas a sentir cada vez que la experimentas? ¿Qué te ocurre incluso físicamente?


Hacerte estas preguntas implica el inicio de hacerte consciente cada vez que experimentas cierta emoción. Y así, en vez de que ésta se apodere de ti, tú puedas controlarla. Esto nos lleva a la segunda dimensión.


2. Autocontrol.


¿Cómo puedes controlarte? ¿Qué haces para controlarte y reaccionar de manera adecuada?


Por el impacto mediático que tuvo, todos fuimos testigos del puñetazo que Will Smith le dio a Chris Rock en la entrega de los Oscar en el 2022.

Tuvo una reacción agresiva, sin detenerse a pensar que estaba en un evento en vivo, con una audiencia gigantesca a nivel mundial, y que su actuar iba a tener consecuencias graves.


Cuando algo así sucede es que ocurre lo que Goleman señala como un “secuestro de la amígdala”. Nuestro pensamiento “se nubla” no estamos pensando más allá de nuestro sentir, y simplemente actuamos instintivamente…


Practicar mindfulness, meditar, tomar un descanso (tiempo fuera), contar hasta 20, pueden ser clave para calmarnos y no perder el control a merced de nuestras emociones.


3. Motivación.


¿Qué te hace permanecer en movimiento a ti? ¿Qué te llena de ilusión? ¿Qué te genera las ganas de vivir?

Mantener esto en tu mente y tu corazón, te ayudará a mantenerte enfocado hacia lo que quieres y hacia lo que te hace sentir vivo sin perder la brújula.


4. Empatía.


La empatía es lograr pensar como el otro, sentir como el otro. Ponerte por un momento en el lugar del otro o como típicamente aprendimos el término “ponernos en los zapatos del otro”.

Esto te dará una perspectiva diferente e interesante. No sólo ver el mundo a partir de tus ojos sino a partir de los ojos de los demás.

Permitiéndote conocer y entender mejor al otro. Llámese tu colaborador, tu colega, tu pareja, tu amigo… y así lograr mejores relaciones interpersonales, lo que nos lleva a aterrizar en la última dimensión.


5. Habilidades sociales.


Tu capacidad para asumir un rol de liderazgo, tu capacidad para trabajar en equipo y tu capacidad y habilidades de comunicación. Todas ellas son cuestión de práctica, de dejar a un lado el ego y de pensar en hacer el bien a los demás, que justamente es la filosofía detrás de la EQ.


Empleando estas 5 dimensiones de manera adecuada, te ayudará a trazar tu camino al éxito como líder, pero también como ser humano.



 
 
 

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